Brasil. México y Colombia buscan vía negociadora en Venezuela

Brasil. México y Colombia buscan vía negociadora en Venezuela

El papel de los tres gobiernos de izquierda está emergiendo en la polémica situación poselectoral en Venezuela. Aunque las naciones latinoamericanas se abstuvieron en la votación de la OEA que pedía a Caracas presentar de manera “inmediata” las actas electorales, han formado un frente común que busca construir una salida pacífica a la crisis política en el vecino país. Estados Unidos y Francia han mostrado interés en su papel mediador.

La izquierda latinoamericana busca ser la clave en la cuestión venezolana. La semana después de las elecciones presidenciales en Venezuela estuvo repleta de tensiones nacionales e internacionales, alimentadas por los polémicos resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE) que le dan la victoria a Nicolás Maduro ante el descontento evidente de la oposición, que reclama “fraude”.

En medio de ello, varios miembros de la comunidad internacional han lanzado duras críticas al oficialismo chavista y llamado al CNE para que publique inmediatamente el desglose de las actas electorales. Estados Unidos y Argentina han sido los más enfáticos, llegando a declarar al candidato opositor, Edmundo González, como el ganador de los comicios.

Esta nueva crisis política en Venezuela también se ha convertido en una encrucijada para el eje progresista en la región. Los gobiernos del mexicano Andrés Manuel López Obrador, el colombiano Gustavo Petro y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva han sido interlocutores del chavismo en la arena internacional en los últimos años y durante la crisis política que vive el país han optado por la cautela.

“El respeto por la soberanía popular es lo que nos mueve para defender la transparencia. El compromiso con la paz es el que nos lleva a promover el diálogo y el entendimiento entre Gobierno y oposición”, destacó el mandatario brasileño desde la Casa de la Moneda, sede del Ejecutivo chileno, en una conferencia de prensa compartida con su homólogo local, Gabriel Boric.

Con Chile empuñando una retórica mucho más hostil contra Caracas, Bolivia disminuida y diezmada por las divisiones internas y Nicaragua más allá de la línea roja internacional, Brasil, México y Colombia han emprendido una ambiciosa operación diplomática conjunta para conseguir poner fin a la longeva crisis política que azota al pueblo venezolano.

La prudencia ha sido el sello característico de la nueva izquierda latinoamericana. Los tres países se abstuvieron de votar el pasado 31 de julio en una resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA), que pedía la publicación “inmediata” de actas al CNE. Un comunicado posterior procedente de la Cancillería colombiana explicó la decisión, alegando su activismo por “mantener el diálogo” con Caracas.

Librado el escollo que significaría avalar el accionar de un organismo continental del que Estados Unidos es miembro, y Venezuela no, el eje izquierdista lanzó su propio comunicado un día después, cerrando filas, con lazos cordiales con el chavismo, pero comprometido con la democracia. AMLO, Petro y Lula pidieron la revelación oficial de las actas, expresando su “absoluto respeto con la soberanía venezolana”.

El plan: sentar a Maduro con González y excluir a Machado
El pasado 2 de agosto, los tres mandatarios progresistas sostuvieron una reunión trilateral para construir un marco común para emprender los esfuerzos negociadores con Venezuela. Según fuentes citadas por el diario español ‘El País’, las conversaciones llevaron a un objetivo en común: materializar una reunión entre Nicolás Maduro y Edmundo González Urrutia.

González, elegido de la oposición después de dos inhabilitaciones políticas, la de María Corina Machado, lideresa disidente, y Corina Yoris, primera opción de Machado, es de un perfil más moderado y conciliador que cualquier otra figura en las fuerzas opositoras, especialmente que el de Machado.