Las causas de la rebelión en Bangladesh

Las causas de la rebelión en Bangladesh

Tras un mes de disturbios en Bangladesh, los manifestantes han conseguido la dimisión de la primera ministra, Sheikh Hasina, desalojada del poder por un movimiento de protesta de una violencia sin precedentes desde la independencia del país en 1971. Además del desempleo juvenil, la ‘Dama de Hierro’ de Bangladesh ha pagado el precio de una oposición política amordazada durante 15 años.

La gente sube a la estatua del jeque Mujibur Rahman en la zona de Bijoy Sarani, mientras celebran la dimisión de la primera ministra, Sheikh Hasina, en Dhaka, Bangladesh, el 5 de agosto de 2024.
La gente sube a la estatua del jeque Mujibur Rahman en la zona de Bijoy Sarani, mientras celebran la dimisión de la primera ministra, Sheikh Hasina, en Dhaka, Bangladesh, el 5 de agosto de 2024

Llevaba 15 años en el cargo. La primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, dimitió y huyó a India el lunes 5 de agosto, antes de que manifestantes antigubernamentales asaltaran su palacio en Daca. “Ha huido del país, ha huido”, corearon antes de entrar en la residencia y salir con televisores, sillas y mesas.

Tras un mes de manifestaciones contra la reforma de las cuotas en la función pública, los disturbios del domingo dejaron al menos 91 muertos, entre ellos 13 policías, el peor balance de víctimas desde el inicio de las protestas estudiantiles. El lunes murieron al menos 56 personas.

Los estudiantes habían convocado una marcha multitudinaria, a pesar del toque de queda impuesto por las autoridades, que también habían decretado tres días de fiesta nacional a partir del lunes.

“El país atraviesa actualmente un periodo de revolución”, declaró el lunes en un discurso televisado el general Waker-Uz-Zaman, jefe del Ejército, que asumió el cargo el 23 de junio. El oficial también hizo un llamamiento a la calma: “Por favor, no vuelvan al camino de la violencia, vuelvan a la vía no violenta y pacífica”.

Desde julio, el número de muertos ha aumentado a 300. “Este recrudecimiento de la violencia puede explicarse quizás por el hecho de que los manifestantes más políticamente motivados sintieron que el poder estaba a punto de tambalearse”, explica Philippe Benoît, profesor del Instituto Nacional de Lenguas y Civilizaciones Orientales (Inalco) y especialista en Bangladesh.

Gran demanda de empleos en el sector público
La crisis estalló el pasado julio con manifestaciones antigubernamentales encabezadas por un colectivo estudiantil, Estudiantes contra la Discriminación, que protestaba contra el restablecimiento en junio de las cuotas en la función pública, consideradas discriminatorias.

“No fue el gobierno en sí, sino una decisión judicial la que restableció las cuotas”, afirma Philippe Benoît. El 5 de junio, el Tribunal Supremo del país ordenó al gobierno restablecer la cuota del 30% de los empleos públicos reservados a los familiares de los ‘Freedom fighters’, los soldados que lucharon contra Pakistán por la independencia del país en 1971.

Introducidas en 1972 por el padre de la primera ministra, Sheikh Mujibur Rahman, se acusa a estas cuotas de favorecer a los allegados de su partido, la Liga Awami, en detrimento del resto de la población: “Sospechamos que el gobierno utiliza este sistema de cuotas para favorecer a los simpatizantes del partido”, confirma Benoît.

Ante la oposición en las calles, el Tribunal Supremo de Bangladesh decidió el 21 de julio rebajar la cuota al 5%, frente al 93% de puestos adjudicados por méritos y el 2% para minorías étnicas, transexuales y discapacitados.

En 2018, el gobierno ya había abolido el sistema de cuotas tras las masivas protestas estudiantiles. Pero esta vez, el enfado fue demasiado fuerte entre los jóvenes. Casi 18 millones de ellos están desempleados en un país de 170 millones de habitantes.

“El número de jóvenes en paro es tan elevado que los exámenes de acceso a la Administración atraen a multitud de aspirantes.

A la cuestión de las cuotas se añade la de la corrupción, con la sospecha recurrente de que se tiene éxito en estas oposiciones si se compra la plaza”, añade el académico Philippe Benoît. Para los jóvenes, el sistema de cuotas es la gota que colma el vaso: “Ya no se trata solo de cuotas de empleo”, explica a la AFP Sakhawat, una joven manifestante en Daca. “Queremos que las generaciones futuras puedan vivir libremente”.