El próximo 30 de junio vence la prórroga de una de las medidas más injustas aplicadas en los últimos años. Se trata del recargo en la tasa de interés a los productores de trigo y soja con más del 5% de existencias, impuesto por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) a través de la Comunicación «A» 7931.
Desde la entidad, indicaron que este gravamen va en contramano con la desregulación y la liberación económica pregonada por la actual administración nacional, y recordó que los productores agropecuarios de Argentina esperaban ansiosos la derogación de dicha medida, pero ante la fecha límite, al menos aguardan que no se renueve.
Desde la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias se ha insistido en la eliminación de esta norma, que se originó durante la administración de Alberto Fernández y fue renovada en diciembre por el gobierno de Milei.
Desde la entidad, indicaron que el gobierno nacional está ante una inmensa oportunidad de corregir un grave error que resulta arbitrario y desconoce las costumbres y operatorias del mundo agropecuario, como es acopiar parte de su producción para hacer frente a las obligaciones y futuras campañas.
La medida significa un mayor costo financiero y atenta contra el crecimiento del sector, advierte.
Los ruralistas remarcan que el campo necesita gestos, y la no continuidad de esta norma sería un aliciente. Este gesto debería acompañarse con la eliminación total de las retenciones -dentro de un esquema razonable- y la eliminación de los impuestos País y al Cheque.
La normativa actual impone a los productores que disponen de más del 5% del stock de la última cosecha de soja un interés 20 puntos superior a la tasa establecida, lo cual resulta un castigo para quienes producen, crean empleo genuino, desarrollan el interior y generan divisas en Argentina.
“Es inadmisible que se continúe aplicando una medida heredada del kirchnerismo que conlleva discriminación e ignorancia”, expresaron, remarcando que “el gobierno debería saber que los productores agropecuarios no utilizan sus granos de manera especulativa, sino que guardan parte de su producción como reaseguro, ahorro y forma de pago”.
“Ante esto, esperamos y apostamos por un gobierno que ofrezca menos intervenciones y una concreta apertura económica”, indicaron, subrayando: “Sin embargo, estos hechos son una muestra clara de la mano del Estado que sigue aplicando viejas recetas del pasado que entorpecen y generan incertidumbre en los productores”.