El país registró un récord de solicitud de turnos tras el anuncio del presidente Emmanuel Macron sobre las nuevas restricciones y el certificado de vacunación.
Casi 1 millón de personas en Francia sacaron turno para vacunarse contra el coronavirus luego de que el presidente Emmanuel Macron anunciara que se exigirá un certificado de vacunación para ingresar a bares, restaurantes, cines y viajar en tren y avión.
El encargado del principal sitio web para reservar turnos para vacunarse informó que el tráfico alcanzó un máximo histórico tras el discurso televisado de Macron del lunes.
“Registramos 20 mil turnos por minuto, un récord absoluto desde el inicio de la campaña”, detalló el director de Doctolib, Stanislas Niox-Chateau, a la cadena de noticias BFM.
Un total de 926.000 personas sacaron su turno el lunes por la noche, de las cuales el 65% son menores de 35 años.
Las nuevas medidas en Francia
Desde la próxima semana: certificado de vacunación o resultado negativo de Covid-19 para asistir a un festival, al teatro o al cine.
A partir de agosto: certificado de vacunación o resultado negativo de Covid-19 para ir a un bar o restaurante, viajar en tren de larga distancia o hacer compras en un centro comercial.
Desde el 15 de septiembre: vacunación obligatoria para el personal de salud,trabajadores de residencias de adultos y empleados que trabajen con personas vulnerables.
Quienes incumplan la norma “no podrán trabajar y no serán pagados”, detalló el ministro de Salud, Olivier Véran.
Macron explicó que el objetivo del Gobierno era reconocer el “civismo” de los vacunados, e “imponer restricciones a los no vacunados, y no a todos”.
Teorías conspirativas y críticas por las medidas de Emmanuel Macron
Francia es uno de los países más escépticos del mundo sobre las vacunas. A finales de 2020, sólo 40% de los franceses estaba dispuesto a recibir la inyección.
Actualmente, alrededor de 35,5 millones de personas -poco más de la mitad de la población francesa- recibieron al menos una dosis de la vacuna.
La palabra clave “dictadura” era tendencia en Twitter, en medio de acusaciones de que el Gobierno impuso la obligatoriedad de las vacunas de forma velada.
Algunos se oponían alegando que con estas medidas se infringe la libertad personal de elegir si se vacunan o no, mientras que los antivacunas formulaban teorías conspirativas sobre los vínculos entre el Gobierno y las empresas farmacéuticas.
“Los consideramos nuestros héroes del cotidiano, siempre ahí a pesar de sus bajos salarios y sus difíciles condiciones de trabajo. Ahora se les hace sentir culpables y se les amenaza con no pagarles, con una brutalidad indecente”, escribió en Twitter la líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen.
Jocelyn Bouyssy, director del grupo de cines CGR, dijo que estaba “muy enfadado” por los anuncios, que serán difíciles de aplicar y podrían impedir el acceso a las salas a muchos franceses: “Nos mandan al matadero”, dijo, informó la agencia de noticias francesa AFP.
Los dueños de restaurantes también tomaron los anuncios con pesimismo.