La Iglesia nicaragüense llamó este domingo a la reconciliación del país tras la liberación y deportación de 222 presos políticos, pero el gobierno de Daniel Ortega no se muestra dispuesto a ofrecer una rama de olivo a la oposición ni negociar con Estados Unidos.
La liberación y deportación masiva de opositores le sirvió al gobierno para quitarse de encima una enorme olla a presión que significaba la disidencia interna en prisión. Sin embargo, eso no significó de ningún modo un acercamiento o una concesión.“Es muy probable que esta sea una manera de Ortega de salir del problema de los presos políticos, que es uno de los temas sobre los que más presión ha recibido. La decisión de calificarlos de ´apátridas´ y quitarles la ciudadanía muestra que no es un paso conciliador o que se estén abriendo a un diálogo con la oposición”, dijo a TN la subdirectora para América Latina y el Caribe del Crisis Group, Renata Segura.
El sandinismo advierte que no está interesado en dialogar con WashingtonEn un breve intercambio con TN, un dirigente sandinista rechazó cualquier posibilidad de diálogo interno y mucho menos con la Casa Blanca.“Nuestra posición como FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional) es que no estamos interesados en diálogo alguno con Estados Unidos. Lo que ellos quieren no se lo podemos dar, que es nuestra soberanía, y lo que nosotros queremos, ellos no lo harán, que es el cese de sus agresiones y del injerencismo”, afirmó.
De modo que estamos preparados para seguir resistiendo y avanzando, como lo hemos hecho siempre, en las circunstancias que resultan de la confrontación inevitable e irreconciliable entre el imperialismo yanqui y nuestra Revolución”, dijo el funcionario, que pidió reserva de su nombre.La Iglesia nicaragüense pidió por la reconciliación nacionalMientras cientos de simpatizantes sandinistas respaldaron este domingo en las calles de Managua al gobierno de Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, el cardenal de Nicaragua, Leopoldo Brenes, llamó a la reconciliación nacional.