Pescadores encontraron dentro de un tiburón los restos de un hombre desaparecido en Chubut

Pescadores encontraron dentro de un tiburón los restos de un hombre desaparecido en Chubut

Dos pescadores encontraron restos humanos en uno de los tres tiburones que habían pescado. Gracias a un tatuaje en uno de los pedazos de piel, familiares de la víctima pudieron reconocer que se trataba de Diego Alejandro Barría (32), un hombre que había desaparecido el 18 de febrero en Puerto Visser, cerca de Comodoro Rivadavia (Chubut).Ante el descubrimiento en uno de los cazones (un tiburón) cerca de la 1:20 del domingo, los pescadores dieron aviso a la Prefectura Naval de Caleta Córdova.

Criminalística intervino en el hallazgo y trasladaron los restos correspondientes a una extremidad a la Morgue Judicial. La familia de Barría fue contactada y confirmaron que pertenecían al hombre luego de identificar un tatuaje de una rosa color verde y rojo con una inscripción ilegible.

Barría había sido visto por última vez el sábado 18 de febrero a las 22:30. El hombre, que estaba manejando un cuatriciclo, había salido de su casa para ir al campo. En medio del recorrido, saludó a unos amigos pescadores y más adelante a un conocido, quien fue la última persona en saber de él. Si bien su familia sabía que estaba demorado, ante su ausencia realizaron la denuncia.

Cuarenta horas después de su desaparición, un grupo de personas halló su cuatriciclo y su casco, ambos destrozados, en la zona de Rocas Coloradas. Por este motivo, las autoridades policiales, personal de Bomberos y Prefectura Naval realizaban un intenso trabajo de rastrillaje con canes a pie, desde el aire y vía submarina en el paraje costero entre Puerto Visser y Rocas Coloradas.

El pasado sábado 26 por la noche, horas antes de descubrir los restos humanos, la policía informó que se encontraron elementos de Barría en el lugar donde hallaron su cuatriciclo. Según informó ADNSUR, se trataba de un estuche de lentes de sol marca Reef que contenía en su interior unos lentes de sol color negros marca MDQ con un cristal desprendido y una varilla dañada a la mitad y una gamuza de microfibra. Los objetos fueron reconocidos como propiedad de Diego por parte de su madre.